Voy en busca del mudo horizonte
al agonizar la tarde
Siento las piedras frías
debajo de mis pies
Cuando más las piso
siento que la playa me llama
Soy hijo del mar
y nos volvemos a encontrarnos
El susurro del viento en mis oídos
deja en mi rostro indulgente
una mueca de escalofrío
Al auscultar el fondo de mi alma
no quiero que la tristeza
Invada mi entorno
Mi espíritu sensible y enamorado
desahoga sus penas en sus olas
buscando un sitio
lejos de la soledad que abruma