En una obediente sumisión
la mirada lasciva de sus ojos moros
fueron el preludio de una aventura casual
Mi mente era un torrente de sensaciones electrizantes
buscando excitar mi deseo feroz aplazado
La despejé de su vestido que ocultaba su piel
Nuestros olores tuvieron un choque de urgencias
perdiéndose en la carne suave, cálida, frágil
vulnerable para una dimensión de erotismo
Las caricias aumentaban el frenesí estremecedor
como si una explosión retumbará en su cuerpo
que se volvió como una seda transparente
Una oleada de adrenalina hizo vibrar mis manos
al acariciar febrilmente sus pechos turgentes, ardientes
Mis labios recorrieron desde su cuello
hasta lo más recóndito de su ser
Ahora se sintió hipnotizada de placer
Como si una ola la levantara hasta el cielo
dejándose derretir con el calor del sol
Los sudores se mezclaron de lujuria
La sangre se desbordaba en las venas
cuando un gemido tenue invadió su interior
Eramos dos mitades unidas por el sexo
saboreando un orgasmo increíble, duradero
Dos barcos que se cruzaron en alta mar
resucitando la pasión perdida
en la marea de la noche.
